Recicladora de ilusión y titiritera de corazón. Cristina Ortega, más conocida por su nombre artístico Krisoa, trabaja combinando la magia del teatro, los títeres y el arte en escenarios que, en muchas ocasiones, se salen de lo convencional.
Licenciada en Bellas Artes, comenzó su andadura profesional diseñando y construyendo escenografías teatrales. Su inquietud la ha llevado a vivir en Irlanda, Inglaterra y Croacia, donde ha experimentado con distintas técnicas artísticas, trabajando en el mundo de la animación, las nuevas tecnologías, los títeres y dentro de distintos proyectos educativos.
Krisoa disfruta dando vida a personajes a través de diferentes disciplinas. Su pasión por la construcción de marionetas la ha llevado a trabajar junto a grandes compañías de títeres como Green Ginger y Pickled Image. Sus muñecos, construidos a partir de espuma, telas o plastilina, combinan el espíritu infantil, inocente, con la expresividad de profundos retratos.
Entre sus últimos trabajos, destaca el desarrollo de un proyecto educativo a través del teatro de marionetas en Croacia, para el fomento de valores como la cooperación y la igualdad. Además, formó parte del International Puppet Festival de Zagreb en 2015.
Fue aquí, durante su estancia en Croacia, cuando Cristina Ortega participó en CultUp. Asegura que el programa la ha ayudado “a adquirir nuevas herramientas para desarrollar un proyecto desde la idea hasta la realización final”.
Con su proyecto, Krisoa buscaba “trasladar la magia de las escenografías teatrales a espacios con más visibilidad y más asequibles a toda la población”. Los escaparates se convirtieron así en su escenario estrella, impregnando de arte los lugares más cotidianos.
“Esto servía además para cubrir una necesidad de los comercios de mejorar la imagen que estaban proyectando de sus negocios, creando algo diferente y que llamase la atención de la gente al pasar”, comenta.
Krisoa diseñó un proyecto para el escaparate de una tienda de ropa infantil para la temporada de otoño. “Busqué un tema relacionado con la nueva estación, época de vendimia, adecuando los colores y adaptando la fábula del zorro y las uvas”. El diseño del espacio, a través de distintas técnicas, combinaba ilustraciones, utilería, dibujo sobre cristal y telas, relacionando todos los elementos entre sí creando una escena única.
Conoce el trabajo de Cristina Ortega en su portfolio
