Rocío Carbia
Rocío Carbia se define a sí misma como autodidacta y eterna aprendiz. Curiosa desde niña, inquieta por el dibujo aunque fuera por puro deleite personal, después de varios años intentando encajar en carreras muy alejadas de sus intereses, decidió escuchar a su voz interior y aventurarse con aquello que siempre había querido: la pintura. Gracias al taller Olinda, de Olivia Castro Cranwell, “encontré mi lugar, un espacio lleno de energía donde aprendo el oficio y la historia de la pintura”.